La llegada del segundo me hace pensar todo el tiempo en los 
vínculos entre hermanos. Si bien Vicente ya ltiene los suyos, siempre 
pienso que éste va a ser distinto. Porque es hijo de su mamá y de su 
papá, porque va a convivir con él de manera permanente y porque fantaseo
 con que va a ser un hermano criado igual que él, con los mismos 
criterios, las mismas decisiones, etc.
No es fácil 
explicarlo, pero en estas cuestiones del ensamble, muchas veces surge 
alguna diferencia en cuanto a decisiones o criterios de crianza.
Más
 de una vez me encontré en la chota situación de decirle a Vicente 
"bueno, él lo hace así pero vos no; él come eso pero vos no" y cosas por 
el estilo.
La fantasía dice que con el nuevo hermano esas cosas no van a pasar. Seguro pasarán otras. Seguro.
Con estos temas dando vuelta me encontré hoy con el post de Mamá Leona. Claro, el solo detalle de la presencia o no de un álbum de fotos pone en cuestión la fantasía de que los hijos son todos iguales y que uno los cría igual, y que no hay diferencias.
Siempre recuerdo que los álbums familiares, en
 mi caso, incluían cantidad de fotos de bebés de mis dos hermanos 
mayores, muchas menos mías y muchísimas menos de mi hermana menor. Hay 
algo de lógica en eso: el entusiasmo del primer hijo, el tiempo 
disponible, la ilusión de toda la familia, etc. 
De hecho, como conté en otro post, las fotos de la panza de Vicente son incalculables, mientras que las de la nueva panza se cuentan con los dedos de las manos.
Ahora, y retomando la idea de álbumes y ensambles, lo que me quedo pensando es que cada hijo va a tener que armar su propio "álbum". Uno que tenga las fotos que nosotros, los padres, fuimos poniendo
 pero también las que ellos mismos quieran poner. Estarán las fotos de cumpleaños 
con todos los hermanos y estarán aquellas donde los hermanos mayores no 
estén porque justo no les tocaba ese día. Para los 
mayores habrá fotos de chiquitos con su mamá y su papá, habrá otras de 
vacaciones con la mujer del padre, con la hija del marido, con tíos y 
abuelos postizos.
Cada una de esas fotos no será más que 
una pieza suelta de un rompecabezas que ellos mismos tendrán que completar. Cada uno construye y reconstruye su historia 
familiar y, en definitiva, su identidad a partir de muchas variables. Pueden 
ser las fotos y los álbums pero también las anécdotas, los recuerdos, 
las experiencias, la vida misma. Y probablemente en los chicos que 
forman parte de familias ensambladas el álbum se irá completando con las
 
fotos de la panza, la clínica y con mamá y papá juntos, pero después necesitará tener 
también las de las nuevas familias, los nuevos hermanos, los nuevos 
tíos, sus propios amigos, sus primeros amores. En fin, un álbum que como sus propias familias, también estará ensamblado.
 
qué ganas de releer este post en unos años, con Salvador ya medio crecidito!!!
ResponderEliminarseguro digo todo lo contrario, je
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