miércoles, 4 de diciembre de 2013

De álbums y ensambles

La llegada del segundo me hace pensar todo el tiempo en los vínculos entre hermanos. Si bien Vicente ya ltiene los suyos, siempre pienso que éste va a ser distinto. Porque es hijo de su mamá y de su papá, porque va a convivir con él de manera permanente y porque fantaseo con que va a ser un hermano criado igual que él, con los mismos criterios, las mismas decisiones, etc.
No es fácil explicarlo, pero en estas cuestiones del ensamble, muchas veces surge alguna diferencia en cuanto a decisiones o criterios de crianza.
Más de una vez me encontré en la chota situación de decirle a Vicente "bueno, él lo hace así pero vos no; él come eso pero vos no" y cosas por el estilo.
La fantasía dice que con el nuevo hermano esas cosas no van a pasar. Seguro pasarán otras. Seguro.

Con estos temas dando vuelta me encontré hoy con el post de Mamá Leona. Claro, el solo detalle de la presencia o no de un álbum de fotos pone en cuestión la fantasía de que los hijos son todos iguales y que uno los cría igual, y que no hay diferencias.
Siempre recuerdo que los álbums familiares, en mi caso, incluían cantidad de fotos de bebés de mis dos hermanos mayores, muchas menos mías y muchísimas menos de mi hermana menor. Hay algo de lógica en eso: el entusiasmo del primer hijo, el tiempo disponible, la ilusión de toda la familia, etc.
De hecho, como conté en otro post, las fotos de la panza de Vicente son incalculables, mientras que las de la nueva panza se cuentan con los dedos de las manos.

Ahora, y retomando la idea de álbumes y ensambles, lo que me quedo pensando es que cada hijo va a tener que armar su propio "álbum". Uno que tenga las fotos que nosotros, los padres, fuimos poniendo pero también las que ellos mismos quieran poner. Estarán las fotos de cumpleaños con todos los hermanos y estarán aquellas donde los hermanos mayores no estén porque justo no les tocaba ese día. Para los mayores habrá fotos de chiquitos con su mamá y su papá, habrá otras de vacaciones con la mujer del padre, con la hija del marido, con tíos y abuelos postizos.

Cada una de esas fotos no será más que una pieza suelta de un rompecabezas que ellos mismos tendrán que completar. Cada uno construye y reconstruye su historia familiar y, en definitiva, su identidad a partir de muchas variables. Pueden ser las fotos y los álbums pero también las anécdotas, los recuerdos, las experiencias, la vida misma. Y probablemente en los chicos que forman parte de familias ensambladas el álbum se irá completando con las fotos de la panza, la clínica y con mamá y papá juntos, pero después necesitará tener también las de las nuevas familias, los nuevos hermanos, los nuevos tíos, sus propios amigos, sus primeros amores. En fin, un álbum que como sus propias familias, también estará ensamblado.

2 comentarios:

  1. qué ganas de releer este post en unos años, con Salvador ya medio crecidito!!!

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